El marketing es clave es muchos aspectos del día a día, sin marketing no se gana tanto dinero, por ese motivo hay que saber cómo vender. Y hacerlo de una forma disimuladapuede ser clave para que el cliente no se dé cuenta. Día a día tratan de vendernos productos, desde lo más cotidiano hasta lo más exótico. Vamos a ponerte el ejemplo de los restaurantes.
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| El menú del restaurante |
Media o entera
¿Media ración de un plato o tapa? En relación cantidad-precio, sale más a cuenta la entera. Si dudamos preguntaremos al camarero la diferencia de tamaño, que no suelen poner en las cartas, ¡a ver qué nos dice que elijamos! En cualquier caso, o el restaurante gana más dinero o gasta menos comida.
Menú visual
Según diversos estudios, no nos fijamos tanto en los platos que hay en la esquina superior derecha, ya que normalmente son los más caros. Por ese motivo, las cartas de los menús tratan de ser lo más llamativas posibles. Una letra negrita o incluso una de mayor tamaño, pero además se añaden fotografías, cuando en el resto del menúno hay.
Lenguaje
Vende más un «Style Cheesecade de Nueva York con salsa de chocolate Godiva» antes que un «Cheescake» porque es mucho más descriptivo. Lo mismo ocurre si le damos un toque más internacionalal producto: un «cheescake» vende más que «pastel de queso».
Precios y números
Que falten unos céntimos para llegar a una cifra redonda ayuda a consumir, sobre todo porque el cerebro se fija antes en el primer número. Pero cuidado, porque un restaurante no trabaja igual que un tienda: es mejor poner 4,95€ antes que 4,99€, ya que el 0,99 se asocia más a las ofertas outlet de ropa.
Marca
La importancia de las marcas ya vende por si sola. Un zumo de fruta de una marca conocida, como Minute Maid, seguramente valga un 25% más que uno de marca blanca.
Servicio
Si el camarero, a parte de atender rápido, se presenta, da su nombre, se ofrece para todo lo que puedan necesitar los clientes, recomienda platos.... está comprobado que el comensal se siente más cómodo y confía más en sus recomendaciones.
Impuestos
El IVA y demás impuestos hay que cobrarlos, pero si no se ponen directamente, sino que al final del menú en letra muy pequeña y con un asterisco se indica que los impuestos no están incluidos, el precio parece más barato de lo que realmente se va a pagar. Si el cliente no lo lee previamente es su problema, y luego no podrá reclamarlo así como así. Hay que tener en cuenta que esta práctica no es tan común, pero de ser así, hay que reconocer que se puede actuar con mala fe.
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