¿CÓMO LLEGAS AL TRABAJO?





Diversos especialistas han llevado a cabo un estudio en el que han participado casi 20.000 personas con edades comprendidas entre los 18 y los 65 años. Se han tenido en cuenta una serie de resultados relacionados con su salud mental en función de la forma de llegar al trabajo, es decir, si caminan o montan en bicicleta, o bien si conducen. ¿Existe algún tipo de relación? Atento a lo que dicen los expertos.
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Ir a trabajar


Resultados

Los datos han revelado que caminar o montar en bicicleta hasta el trabajo registra un bienestar, potencia una mejor capacidad de concentración y manifiesta alteraciones positivas en la tristeza, el insomnio o las relaciones sociales. Pero eso no es todo, ya que el estudio también habla de otros aspectos como el estrés. Aquellas personas que se mueven de camino a su puesto laboral, tienden a reducir su nivel de estrés.

Salud mental y física

Estos datos ponen de manifiesto la relación existente entre la salud mental y la salud física. Hacer ejercicio es algo muy positivo para nuestro organismo, ya que nos permite desconectar de la rutina, distraernos durante unos momentos y relajarnos mentalmente. Todo esto se asocia con el bienestar psicológico. El problema es que muchas veces carecemos del tiempo necesario para poder practicarlo, no obstante un paseo a pie o en bicicleta pueden llegar a considerarse ejercicio moderado.

Transporte público

Pero, ¿qué dice el estudio sobre las personas que acuden a la oficinaen transporte público? ¿Qué aspecto pesa más? En este ámbito no tiene cabida el ejercicio, puesto que se suele viajar sentado, o al menos quieto, pero sí que se puede aprovechar para otras actividades como la lectura, la socialización o simplemente la relajación gracias a momentos de evasión mental.

Conclusión

Si tenemos en cuenta que para conducir tenemos que tener activos todos los sentidos y que muchas veces ir frente al volante puede ponernos de mal humor: ya sea por atascos, conducciones temerosas de otros viajeros, búsqueda de aparcamiento... Se saca en claro que en ningún momento desconecta el cerebro. Además, ir a trabajar no es algo que suela motivarnos tanto como otras actividades, por lo tanto, el cerebro no tiene tregua.

En cambio, existen otro tipo de formas de llegar al trabajo que permiten que el cerebro desconecte y/o que tenga otras formas de interacción, ya sea a nivel personal como social. Es decir, que cuando el cuerpo disfruta de estos momentos necesarios, nosotros estamos más contentos. Una pequeña pausa a nuestro cerebro puede brindarnos muchos momentos positivos que afecten, por ende, a nuestro día a día, tanto en el propio trabajo como a los momentos más personales. Todo repercute, de modo que demos una oportunidad al ejercicio físico o a las actividades sociales para comprobar rápidamente sus beneficios.

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