CUÁNDO LA ENFERMEDAD TERMINAL COGE POR SORPRESA

No siempre es fácil tratar con aquello que denominamos la etapa de final de la vida o muerte física. Todo es doloroso y confuso para al afectado, incluso para sus seres queridos. Las decisiones a tomar, aquellas que acompañan a la enfermedad, traen enormes desafíos críticos para el paciente involucrado, afectando además a los que están a su alrededor: familiares, amigos conocidos y médicos. 
De hecho, administrar y sobrellevar esta progresión en la enfermedad, la cual posiblemente conduzca hacia la irremediable muerte de ese ser querido, hace que el dolor emocional aumente considerablemente, y con ello la desgana, la tristeza y la soledad interior harán acto de presencia. 
Y más aún, cuando ya se conoce de la existencia de un diagnóstico grave en el paciente, que hará que el proceso sea aún más difícil y complejo. Cada persona enferma que se encuentra involucrada en el proceso, es a menudo cuestionada de una manera diferente, por aquellos que se encuentran a su alrededor.

Aceptar Situaciones Difíciles en la Vida

CONSEJOS DE AUXILIO PARA AQUELLOS QUE SE ENFRENTAN A LA MUERTE

Por ello, la comunicación será el primer objetivo, y como norma general comenzarán con las notificaciones que ofrecerán los respectivos médicos. En su papel como especialistas en medicina, una de sus obligaciones será salvar el abismo existente entre salvar la vida de sus pacientes, e intentar centrar la atención para que éstos mejoren sus vidas.
Una lucha continua que deberán mantener con el fin de equilibrar y mantener la esperanza viva en sus pacientes sin restar veracidad en la situación comprometida en la que se encuentran. Por ello, es importante que el médico tenga en cuenta varios factores con respecto a la información que se debe aportar a los familiares y al afectado: 
• La determinación de la cantidad de información que se le debe aportar al paciente, y dentro de que espacio de tiempo se debe encontrar lo que se le va a comunicar.
• Además, el compromiso de trabajar con un grado de franqueza acertado para el paciente en particular.
De esta forma, el profesional médico deberá requerir un compromiso hábil con aquello que debe comunicar, que como norma general madura con la edad y la experiencia en medicina haya tenido a lo largo de ejercicio como médico..
La orientación de un médico debe ser altamente personalizada con cada paciente, teniendo siempre en cuenta el pronóstico, los riesgos y los beneficios de las diferentes intervenciones, los diversos síntomas del paciente, el tiempo que le pudiera quedar de vida, la edad, además de otras cuestiones sobre la vida del paciente, sin faltar la calidad del sistema de apoyo con el que contara.

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LA DIFÍCIL SITUACIÓN DE ENFRENTARSE A UNA GRAVE ENFERMEDAD MORTAL

Al mismo tiempo, es común que tanto el paciente como sus seres queridos intentarán centrase en preservar la vida del enfermo, sobre todo cuando ya se ha efectuado un primer diagnóstico médico. Una tarea realmente difícil para todos ellos, y más aún cuando deben lidiar con el gran choque psicológico que produce. 
Como norma general, ésto puede desencadenar en un análisis complejo de la situación, que a menudo acaban cruzándose con los sentimientos de culpa, arrepentimiento e ira. El miedo será desmesurado en esos primeros momentos, y aunque parezca que no existen buenas recomendaciones, lo mejor que se podrá hacer es optar por el compromiso de gestionar, aceptar y canalizar de la mejor manera posible la situación. 
Esta etapa es extremadamente confusa y dolorosa, los sentimientos de abatimiento pueden durar mucho tiempo dependiendo de la resistencia emocional de cada persona afectada, ya sea del paciente o la familia, provocando una fuerte caída emocional y física. Y ésto durará hasta que no se acepte totalmente el hecho de que la muerte pudiera aproximarse.
Si la enfermedad mortal se diera, siempre se deberá esperar los resultados de los estudios de diagnóstico. Ahí es cuando se debería avanzar a una conciencia interna, aceptando una nueva transición de vida, llevando a los pacientes y sus seres queridos a finalmente reconocer y entender que la muerte se acerca.
Una vez que la aceptación llega, al final de su vida la toma de decisiones deberá seguir naturalmente. Si se continua con la negación de que la muerte se acerca sólo comprimirá la línea de tiempo para estas decisiones, añadirá más ansiedad, y socavará el sentido de control sobre el destino propio de cada uno.
Con la aceptación, los objetivos finales se convertirán en una mayor calidad de vida y confort para el resto de días, semanas o meses que pudieran quedarle de vida. Así mismo, el proceso se hará menos doloroso y los síntomas físicos serán también menos severos. De esta forma, el día a día será más llevadero, sin tantos dolores, nerviosismo y molestias extremas.
Los médicos, los cuidados paliativos, la familia y otros cuidadores podrán centrarse mejor y de forma más eficaz en la evaluación de los síntomas físicos del paciente, sus necesidades psicológicas y espirituales, además de la necesaria definición de metas en éste su fin de vida. 
Una de estos ejemplos sería seguir viviendo con ilusión esperando aquello que sea realmente importante para el paciente o la familia, por ejemplo la ilusión de esperar con vida la llegada de grandes eventos familiares, como pudiera ser asistir a la boda de su nieta, al bautizo de su biznieto, e incluso disfrutar de la futura Navidad. 
Este tipo de metas son realistas para perseguir, y gracias a ellas se le animará a tener una actitud más positiva ante la vida, a pesar de su grave enfermedad. Esa ilusión lo podrá mantener con ganas de luchar y conseguir llegar a esa fecha para disfrutar del momento familiar, a pesar de su tristeza interior. 

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CONSEJO: EL FINAL DE LA VIDA

Como nota importante final, es imprescindible conocer que para planificar una muerte con dignidad, debemos reconocer y aceptar al concepto de la muerte como una parte esencial de la vida, una experiencia para ser abrazada en lugar de ser ignorada cuando llegue el momento de marchar al otro lado.
Indispensable: Conseguir el equilibrio justo entre la esperanza y la realidad, para así planear una muerte digna, en caso de se aproximara la hora de desplegar nuestras alas a nuevos y lejanos horizontes. Así que no nos queda otra como condición de humanos que aceptarnos tal como la vida nos ha diseñado: nacemos, crecemos, nos reproducimos y nos morimos. 
Pero si usted es de los que piensa que existe otra realidad que no vemos y la muerte no existe... le invitamos a visitar éstas FanPages:
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